Carmen, somos lo que habita en nosotros. Ahí está el conflicto, ahí está la duda, ahí está todo. Confiamos demasiado en que vendrá alguien a rescatarnos, cuando el único héroe que siempre está es uno mismo. Y claro, Godot no podía llegar, porque ya estaba, aunque no lo supieran o no lo quisieran ver.
Pedro, el eterno conflicto entre lo que somos y lo que proyectamos. El problema Beckettiano es que seguimos confiándolo todo en los demás y eso no puede acabar nunca bien.
¡Buenos días!
ResponderEliminarSin agonía
Siempre a la espera
¿interna?
Besicos, don Manuel
Carmen, somos lo que habita en nosotros. Ahí está el conflicto, ahí está la duda, ahí está todo. Confiamos demasiado en que vendrá alguien a rescatarnos, cuando el único héroe que siempre está es uno mismo. Y claro, Godot no podía llegar, porque ya estaba, aunque no lo supieran o no lo quisieran ver.
ResponderEliminarBesotes absurdos
Sí, somos lo que habita en nosotros aunque tendamos a creer que somos lo que los demás creen que somos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Pedro, el eterno conflicto entre lo que somos y lo que proyectamos. El problema Beckettiano es que seguimos confiándolo todo en los demás y eso no puede acabar nunca bien.
EliminarAbrazotes
Lo triste es eso, que muchos no son sino lo que otros quieren que sean...
ResponderEliminarUn abrazo Manuel
América, y el bloqueo para ser y la esperanza de que algo venga, que no es mala, pero por sí sola no consigue nada.
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Mira tú, y yo esperando como una tonta.
ResponderEliminarBesazos
Ay, Ana, si es que no te enteras.
EliminarBesacos