Cuando la derrota llega en el campo del amor, es el momento de tomar decisiones. La más compleja, por todo lo que acarrea, es saber si, dejándote llevar por el calor, intentas salvar lo que ya se ha roto o, por el contrario, te enfrías y andas sobre los trozos desperdigados.
Ana, la vida es puro circo también. Tenemos de todo: acróbatas, jefes de pista, animales, payasos, equilibristas, tragasables... Sólo hay que decidir cuál de ellas es la que mejor va con cada uno de nosotros.
Abrazos del hombre sin brazos del circo (que decía la canción de la Orquesta Mondragón)
Pedro, las derrotas llegan porque tienen que llegar. Pero solemos intentar recoger velas (el faquir) o quemar las naves (el mago). Yo también las he sufrido en el pasado y fui faquir y mago. Mi experiencia me lleva a decir que, al final, todos acabamos siendo faquir.
Cuando la derrota llega en el campo del amor, es el momento de tomar decisiones. La más compleja, por todo lo que acarrea, es saber si, dejándote llevar por el calor, intentas salvar lo que ya se ha roto o, por el contrario, te enfrías y andas sobre los trozos desperdigados.
ResponderEliminarPues si te digo la verdad... creo que lo mejor es quedarse en el lado de la vida y dejarse de circos ambulantes.
ResponderEliminarUn abrazo literal
Ana, la vida es puro circo también. Tenemos de todo: acróbatas, jefes de pista, animales, payasos, equilibristas, tragasables... Sólo hay que decidir cuál de ellas es la que mejor va con cada uno de nosotros.
EliminarAbrazos del hombre sin brazos del circo (que decía la canción de la Orquesta Mondragón)
Cuando la derrota llega en el campo del amor es hora de recoger velas, o quemar las naves.
ResponderEliminarPara mí -quizás por haberlo sufrido- no hay nada peor que el desamor.
Un abrazo,
Pedro, las derrotas llegan porque tienen que llegar. Pero solemos intentar recoger velas (el faquir) o quemar las naves (el mago). Yo también las he sufrido en el pasado y fui faquir y mago. Mi experiencia me lleva a decir que, al final, todos acabamos siendo faquir.
EliminarAbrazotes sin red