Qué luces de Navidad ni que ocho cuartos (siempre había querido soltar esta expresión, gracias)! Son luciérnagas del siglo XXI, inquietas, veloces, raudas, alocadas, muertas...
El tiempo hace mucho que ya no es nuestro. Supongo que en ciudades más pequeñas no se nota tanto, pero Madrid es un caos de estelas que vienen y van y todo el mundo avanza al grito de "I'm late, I'm late" que popularizara el conejo blanco de Alicia.
No es tiempo. Es disfraz. Se le ha corrido el maquillaje a la noche. El tiempo no existe. Existe el cambio. Y después de decir esto...me voy corriendo.
No, no es tarde para quitar las luces de Navidad. Nunca es tarde si la dicha es buena...
ResponderEliminarBesos pronteros
Qué luces de Navidad ni que ocho cuartos (siempre había querido soltar esta expresión, gracias)! Son luciérnagas del siglo XXI, inquietas, veloces, raudas, alocadas, muertas...
EliminarBesotes reposados
Me gusta dejar correr el tiempo y no me gustan los tiempos que corren, aunque estén llenos de luces y brillos.
ResponderEliminarUn saludo.
Saludos.
El tiempo hace mucho que ya no es nuestro. Supongo que en ciudades más pequeñas no se nota tanto, pero Madrid es un caos de estelas que vienen y van y todo el mundo avanza al grito de "I'm late, I'm late" que popularizara el conejo blanco de Alicia.
EliminarSaludos reposados, Ana
No es tiempo. Es disfraz. Se le ha corrido el maquillaje a la noche. El tiempo no existe. Existe el cambio. Y después de decir esto...me voy corriendo.
ResponderEliminarQuerido Jesús, sí, es como si el tiempo se desenmascarara a través de segundos que quieren ser los primeros. Y así, las horas dejan de serlo.
EliminarSaludos de pfiuuuuuuuuuuuuuu