Carmen, las perdices están cansadas de que el final de los cuentos tenga que rimar. ¿Para cuándo un final con verso libre? Probablemente no estarían a punto de desaparecer.
Fue cazado en Santander. Un amigo mío es el que estuvo detrás de ese proyecto de embellecer la ciudad a través de dar color a diez tapas de alcantarillas. Cuando pude ir a verlas, el reloj ya estaba dando las 12 y huían a toda velocidad. Por eso, como bien dices, a prescindir del photoshop vital.
O los dos...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Entonces sí que se baja un buen escalón, Rosa.
ResponderEliminarBesotes animados y enhorabuena por la inclusión en la antología de Talentura
¡Qué cuento más corto!
ResponderEliminarYa se habrán comido las perdices
Besicos Don Manuel
Carmen, las perdices están cansadas de que el final de los cuentos tenga que rimar. ¿Para cuándo un final con verso libre? Probablemente no estarían a punto de desaparecer.
EliminarBesotes felices
Teletransportador de sueños!!! Qué foto, Manuel!!
ResponderEliminarYo por eso no me desmaquillo ni me pongo zapatos de cristal.
Besazos
Fue cazado en Santander. Un amigo mío es el que estuvo detrás de ese proyecto de embellecer la ciudad a través de dar color a diez tapas de alcantarillas. Cuando pude ir a verlas, el reloj ya estaba dando las 12 y huían a toda velocidad. Por eso, como bien dices, a prescindir del photoshop vital.
ResponderEliminarBesotes, Ana