domingo, 2 de marzo de 2014

CAPERUCITA, ROJA

Al conocer los ideales que persiguiera Carlos Marx,
la niña dejó el cuento, perdió un adjetivo y ganó una coma.

2 comentarios:

  1. El lobo, en cambio, siguió creyendo en las teorías del liberalismo económico y se comió a la abuela después de estafarla con las preferentes. Lo sé de buena tinta.

    Un saludo con plusvalía.

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    1. Los lobos siempre estarán ahí. Ya no hay cazadores ni leñadores que les echen al río y les llenen la tripa de piedras. Una lástima, sin duda.

      Saludotes de trueque

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