Manuel, tienes razón, somos ovejas, con la pena o la suerte de no disponer de un buen pastor que nos guíe, porque está visto que solos... tampoco sabemos encauzarnos.
Deberíamos afilarnos las uñas, quitarnos el cardado -que nos reblandece- y empezar a balear (metafóricamente hablando, que no estás las cosas para literalidades).
Manuel, tienes razón, somos ovejas, con la pena o la suerte de no disponer de un buen pastor que nos guíe, porque está visto que solos... tampoco sabemos encauzarnos.
ResponderEliminarBuena indignación.
Abrazos.
Más que nada, Nicolás, que deberíamos ser más contundentes.
EliminarAbrazos de espero poder verlo algún día
Ahí me dejas dándole vueltas Manuel. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo desde el alambre.
Mientras salgamos de los giros y caminemos hacia delante...
EliminarAbrazotes inalámbricos
Certezo, Manuel. Sin determinación no hay fuerza. Un abrazo
ResponderEliminarY es que la fuerza, desgraciadamente, es lo único viable (la de la razón es nuestra, sin duda).
EliminarAbrazos de a ver si...
Una metáfora inteligente...
ResponderEliminarMe gusta tu intervalo indignado, mucho.
Besicos, nos vemos en mi alambrada.
Ojalá algún día nos convirtamos en leones con algo más que balidos.
EliminarBesotes de ya estuve allí ;-)
No, ni sirve, es actuar lo que hay que hacer.
ResponderEliminarBesitos
Sin duda, Elysa, el resto es demagogia.
EliminarBesotes
Conciso, redondo, ¿qué más se puede pedir?
ResponderEliminarAbrazos desde la alambrada.
Que arramplemos con todo de una _____ vez.
EliminarAbrazotes, Lola
Si eres oveja no podrás ser león, creo yo. Y aún así... se me ocurren mil cosas que hacer para dejar de balar.
ResponderEliminarBesitos beeee beeee
Deberíamos afilarnos las uñas, quitarnos el cardado -que nos reblandece- y empezar a balear (metafóricamente hablando, que no estás las cosas para literalidades).
EliminarBeeeeeeesotes